UN ‘ARRIERO INTERINO’ CON PASTA DE CAMPEON

Por AdminAcordBogota 6 julio, 2022 1572

Opinión de Mauricio Amaya Parra

Fiscal Suplente Acord Bogotá

Atlético Nacional, conocido como el ‘Rey de Copas’, se coronó hace pocos días como el campeón del fútbol profesional colombiano Liga Betplay I, en casa ajena (estadio Murillo Toro-Ibagué), luego de caer ante Deportes Tolima 1- 2, pero ganar en el consolidado 3-2, para quedarse con su estrella 17 de Liga.

El cuadro antioqueño no lograba este preciado trofeo desde junio 18 de 2017, cuando de la mano de Reinaldo Rueda logró en casa su estrella 16, al superar al Deportivo Cali por marcador acumulado de 5-3.

Desde aquel 18 de junio, Nacional invirtió en técnicos de reconocida experiencia, pero ninguno pudo dar ese salto que tanto buscaron en estos largos 4 años de ayuno y por el cual la afición verdolaga entregó todo su afecto y aprecio. Basta con mencionar a Juan Manuel Lillo (España), Jorge Almirón (Argentina), Paulo Autory (Brasil), Juan Carlos Osorio (Colombia), Alexandre Guimarães (Brasil-Costa Rica), para entender el afán de los directivos del cuadro antioqueño por superar ese permanente revés en sus líneas profesionales. Fue una larga y brillante pasarela a la que no le ahorraron ni esfuerzos ni inversión. Pero los resultados nunca se dieron y el ayuno continuaba.

Todo esto les dejó una clara enseñanza: no se requiere inversiones millonarias para alcanzar objetivos inmediatos, como el título del fútbol profesional colombiano.

Todo comenzó cuando Nacional pone en la dirección técnica de su equipo profesional a Alejandro Restrepo (noviembre de 2020), en reemplazo de Juan Carlos Osorio, nombramiento que se extendió hasta marzo de este año. Pero adportas del primer clásico ante Medellín, la dirigencia verdolaga logra la vinculación como director técnico encargado -en calidad de interino-, a Hernán Darío Herrera de 64 años de edad y formado en esa institución desde sus comienzos como deportista de alto rendimiento.

‘El Arriero’ nunca fue nombrado como técnico en propiedad. Apenas como encargado, mientras la directiva nombraba técnico en propiedad, ya que el puesto habitual era técnico de las fuerzas básicas. Pero desde aquel 6 de marzo de 2022, este arriero de grata recordación en el corazón de los antioqueños, asumió esta responsabilidad con un reto enorme: dirigir al primer equipo y llevarlo a buen puerto. De entrada, le ganó 2-0 al Medellín y, entonces, las alarmas se dispararon. Sin embargo, el grupo producía resultados, pero no gustaba. Y eso a la los aficionados los inquietaba.

Contaba con una nómina de lujo. Sin dudas, la mejor del país: Kevin Mier, Yerson Candelo, Emmanuel Olivera, Juan David Cabal, Danovis Banguero, Sebastián Guzmán, Jhon Duque, Dorlan Pabón, Andrés Andrade, Danila Mantila, Jeferson Duque, Giovanny Moreno, entre otro. Y con ellos como base de su trabajo y desempeño en la cancha, logró ser campeón este año.

Un revés a la incertidumbre, porque los directivos jamás se imaginaron lograr esta nueva estrella de la mano de un técnico encargado o interino. Pero las cosas se dieron y Herrera cobró por ventanilla. También el equipo, duramente criticado por sus seguidores hasta la saciedad. Eso, de alguna manera, produjo un divorcio entre el hincha y el plantel de jugadores. Herrera ya había tenido esa condición en el segundo semestre de 2018, cuando reemplazó al argentino Jorge Almirón, ganando la Copa Aguila tras derrotar al Once Caldas de Manizales.

El éxito alcanzado por el ‘arriero’ obedece a muchas cosas; su compromiso, su identidad y pertenencia con la escuadra verdolaga, pero, también, a contar con un grupo de jugadores que lo recibieron con esperanzas enormes y comprometidos aceptaron este reto de acabar con ayuno campeonil de tantos años y campeonatos. Algo que no pudieron lograr avezados técnicos traídos en su mayoría del exterior desde julio de 2018.

Todo este proceso deja grandes enseñanzas: que en casa hay material humano de capacidad y compromiso para surtir a los clubes profesionales del país; que el jugador debe ser visto desde su nacimiento deportivo como tal y ayudarle en su recorrido hasta las ligas mayores, y que los logros deben respaldar la gestión de quienes llegaron en silencio y se van con algarabía por los resultados obtenidos.

Así las cosas, esperamos -lo decimos con todo respeto, por la autonomía institucional-, que HH sea proyectado al cargo de entrenador oficial y en propiedad de una de las entidades deportivas más brillante y querida del fútbol profesional colombiano, el Atlético Nacional, el ‘Rey de Copas’ como con cariño lo reconocen sus seguidores