El idioma y los locutores

Por AdminAcordBogota 28 abril, 2021 904

Por Alvaro Javier Calderón

Catedrático y socio Acord Bogotá

Las primeras formas comunicativas fueron orales y a partir de la expresión de los sonidos de la voz, se formaron los idiomas del mundo; por eso, la Lengua hace parte de la vida de los pueblos, da forma a la mente de las personas y se convierte en el archivo de emociones y sentimientos que relatan los sucesos cotidianos de la humanidad.

Los acontecimientos del día a día involucran las actividades deportivas, las cuales requieren descripción, relato y análisis con corrección idiomática y no con las alteraciones gramaticales, semánticas y estructurales que se escuchan y se leen hoy. Los locutores y periodistas se deben preparar para cumplir su labor informativa con precisión, no sólo en la relacionado con la práctica deportiva, sino con la exactitud que exigen las normas gramaticales.

Las empresas de radiodifusión y de televisión, principalmente, no respetan las formas correctas de la palabra, ni exigen a sus locutores y presentadores el uso adecuado de la Lengua; esto ha dado origen a la proliferación de personajes mal hablados e inventores de términos y expresiones, quienes se han tomados los medios para vociferar estupideces y equivocaciones lingüísticas que llevan a sus escuchas y tele espectadores a repetir las incorrecciones como si fuesen normales.

El 23 de abril el mundo celebraba el día universal del idioma. En la fecha de la referencia, se llevaban a cabo todo tipo de actos académicos, literarios y sociales dedicados a resaltar la importancia de la Lengua Española en el mundo de habla Hispana; desde la más humilde de las instituciones de educación, hasta las más encopetadas organizaciones literarias resaltaban el valor del idioma y su importancia en el desarrollo de la humanidad.

Las conmemoraciones de tan magna fecha han pasado a la historia, para dar paso a la celebración del día del libro, como si el texto fuera más importante que el saber cómo escribirlo. Aunque a partir de la palabra (oral o escrita) se transforma la lengua, aquella (la palabra) es el origen de la comunicación humana; el libro es el resultado de su uso, bueno o malo. Los libros, en su mayoría, se escriben hoy, sin el más mínimo respeto de la estructura gramatical.

Los locutores deben ser puristas de lengua, con el fin de evitar cometer errores, al momento de expresarse; sin embargo, desconocen las normas mínimas del buen hablar y del bien hablar.

Los narradores y comentaristas deportivos de la radio y la televisión, presentan deficiencias gramaticales, fonéticas e interpretativas del español, y desde los dos medios de mayor alcance no contribuyen, en nada, con una de sus funciones como es la de educar; es tiempo de comenzar la instrucción de quienes se dedican a ‘malenseñar’ a su audiencia, so pretexto de la irreverencia y lo coloquial.

La raíz del origen de la comunicación debe ser retomada para que se le dé nuevamente el valor que hasta ayer tenía. La palabra, la génesis del idioma, debe ser expresada con precisión y exactitud.

Adjunto: Los gobiernos deben reglamentar la profesión del locutor, con el fin de evitar tanto ignorante atropellando la lengua.