Por Gabriel Barrera
Freddy Rincón, Léider Preciado y Yerry Mina tienen en común más cosas de las que uno imagina, su raza orgullosamente negra, junto a orígenes humildes, además de haber militado en Independiente Santa Fe, hacen parte de un destino mágico y parecido en estos tres futbolistas colombianos, pero como si fuera poco, ellos en distintas épocas paralizaron de alegría nuestra nación, inmersa en dolor, con sus trascendentales goles en diferentes mundiales.
Para Freddy Eusebio Rincón Valencia, un hombre de físico privilegiado llegar al equipo cardenal de la capital, por allá en 1986 fue una oportunidad de oro para gambetear la pobreza. Para ‘el coloso de Buenaventura’ el conjunto albirojo fue el escenario perfecto para brillar y mostrar toda su capacidad como volante mixto. Rincón era un dotado que poseía gran ofensiva con un plus adicional de gol cuando iba al ataque y fortaleza cuando tenía que hacer labores de marca, todo un privilegiado en la zona medular del conjunto bogotano en donde no alcanzó títulos pero brilló para dar el salto a selecciones nacionales y a equipos de prestigio como Real Madrid en España, Nápoles de Italia y el Corinthians donde levantó como capitán el título del mundial de clubes.
Y fue el 19 de junio de 1990 en una Selección Colombia precisamente donde Rincón en la agonía del partido ante la poderosa Alemania y con el desconsuelo colectivo de los colombianos tras un gol de Pierre Littbarski, toma el balón enviado con la magia del ‘Pibe’ Valderrama avanza con una par de zancadas empujado a la distancia por millones de compatriotas y con un toque mágico y sutil anota el tanto del empate por entre las piernas del imbatible Bodo Illgner guardameta de la selección teutona equipo que a la postre se alzó con el título de dicho mundial. El tanto de Freddy desató la locura colectiva en Colombia y de los compatriotas que se encontraban presentes en el estadio Giuseppe Meazza de Milán. Gracias a ese gol Colombia avanzó a la fase siguiente siendo eliminada por Camerún pero sin duda el gol de Freddy quedó grabado en nuestros corazones.
Pasaron cuatro años para que otro jugador cardenal, Léider Preciado pusiera a delirar a un país. Ante el fracaso de la selección tricolor en Estados Unidos en donde Adolfo José Valencia Valencia, otro ídolo cardenal fue uno de los pocos que se salvó de la debacle colectiva, ‘el tren’ con sus goles ante Rumanía y Estados Unidos pudo decir presente. Y fue Leíder quien el 22 de junio de 1998 nos dio una esperanza ante la selección de Túnez. En un partido complejo que pintaba para el empate a ceros en el estadio de La Mosson en Montpellier, Carlos Valderrama, si ‘el Pibe’ otra vez, filtra un balón que logra tomar Calimenio y sobre los 83 minutos de juego, Leíder logra patear para vencer la resistencia del arquero Choukri El Ouaer, alcanzando a ilusionar a un país ya que era un gol de que nos ponía en carrera y que destrababa un partido complicado, pero el sueño se desvanecería días más tarde cuando Inglaterra nos derrota 2 goles por cero y nos hace regresar a casa.
Yerry Fernando Mina González es un muchacho que nunca pasó desapercibido primero por su manera de ser alegre y extrovertida y segundo por sus 1,95 metros de estatura que lo hacen notorio en cualquier parte del mundo. En Guachené, su tierra natal Mina enfrentó las privaciones de la pobreza además de la fuerza de una violencia que azotó la zona y que solo con fe en Dios y mucho amor propio logró superar. Pese al deseo de sus padres de verlo médico, Yerry siempre estuvo con su primer amor, el fútbol. A pié o en volqueta Yerry iba a los entrenos muy distantes de su casa y los alternaba llevando canastos en la plaza de mercado para poder llevar un dinero a casa.
Y es gracias a ese temple y confianza es que Yerry arriba a Santa fe en 2014 proveniente del Deportivo Pasto para jugar como defensa central y quedarse con el puesto gracias a la continuidad que nunca tuvo en el club volcánico y que conservó hasta el 2016 cuando después de salir campeón sudamericano con el conjunto bogotano fue catapultado al fútbol internacional primero al Palmeiras de Brasil y posteriormente al Barcelona de España su actual club para de allí ser convocado a la selección colombiana.
En Selección Colombia Yerry Mina logró algo inusitado para nuestro país hasta la fecha, tres goles decisivos en el mundial de Rusia 2018 que rompieron con la normalidad de un país. El primero finalizaba el primer tiempo en el Kazán Arena contra la Selección de Polonia cuando James Rodríguez con un toque sutil centra para que Mina de golpe de cabeza abriera el camino de un partido muy cerrado. El segundo tanto de Yerry ante la Selección de Senegal, fue tan trascendental como emotivo, ya que con ese tanto al minuto 73 del segundo tiempo con golpe de cabeza doblegando al arquero Khadim Ndiaye, Colombia lograba su clasificación de primero del grupo a la siguiente fase, gol que desencadenó una fiesta nacional. Pero fue ante la poderosa Selección de Inglaterra que Yerry tocó el cielo y de paso los corazones de 50 millones de colombianos cuando el reloj marcaba tres minutos de adición de los cinco otorgados por un juez muy cuestionado. Allí ‘el Negro Grande de Colombia’ voló y por encima de todo y de todos logró con potente cabezazo quebrar la resistencia del guardameta Jordan Pickford y unir a todos los colombianos en un solo grito desenfrenado de gol. Tanto que nos dio la posibilidad de jugar un tiempo suplementario y llegar a la serie de los cobros desde el punto penal, en donde los ingleses fueron más certeros y ganaron.
En nombre de un pueblo necesitado de alegrías, doy gracias a Freddy, a Léider y a Yerry tres baluartes cocidos a la piel de los santafereños y que nos hicieron sentir dentro y fuera de las fronteras el orgullo de ser colombianos, de ser santafereños, gracias cardenales !!!