Tibaduiza, presente en el día en que murió el amateurismo
Por AdminAcordBogota 16 junio, 2021 3624
El 24 de junio de 1981 se produjo un hecho que se convirtió en la puntada definitiva de la muerte del amateurismo en el movimiento olímpico del mundo. Y en dicho suceso estuvo involucrado el atleta colombiano Domingo Tibaduiza, múltiple campeón de semifondo. Hasta ese momento, muchos deportistas del mundo recibían estímulos económicos y premios en competencias, pero de manera soterrada, no abierta, y algunos fueron descalificados por estos hechos, entre ellos el ciclista colombiano Martín Emilio Cochise Rodríguez.
Ese día se realizó en Portland, Estados Unidos, la Primera Carrera Mundial Profesional, organizada por la recientemente creada Asociación Mundial de Carreras de Calle, auspiciada por la empresa Nike, que aportó 200.000 dólares para la premiación.
Ese 24 de junio de 1981, todo se hizo de forma abierta y pública. La prueba y los premios en dólares que serían entregados fueron divulgados en la convocatoria, factor que atrajo a buena cantidad de atletas de todo el mundo, entre ellos, a Frank Shorter, Bill Roger, Dick Quay y, desde luego, Tibaduiza, quien vivía en Reno, Nevada.
En los días previos, la Federación Internacional de Atletismo y el Comité Olímpico Internacional advirtieron que quienes recibieran dinero como premio por su participación serían excluidos del movimiento olímpico.
Atletas de 36 países estuvieron presentes y se repartió dinero a los 20 primeros en damas y varones. Luego de la prueba, las dos entidades rectoras que habían lanzado la amenaza sancionaron a 19 varones -el atleta Bill Rogers no aceptó el premio- y a 20 mujeres, que habían recibido el dinero correspondiente por su ubicación en la clasificación, entre ellos, Tibaduiza. El argumento: “Contaminación del deporte”.
Durante el año siguiente, los deportistas suspendidos adelantaron acciones a favor de su rehabilitación, que quedó en manos de las federaciones nacionales de sus respectivos países. Algunos atletas fueron rehabilitados, luego de devolver el dinero ganado en esa carrera, para que su respectiva federación lo administrara y lo destinara a su preparación. La de Colombia, presidida por Raúl Gómez, levantó la sanción que pesaba sobre Tibaduiza, en marzo de 1982.
Con este suceso comenzó un movimiento mundial que terminó con la aceptación del profesionalismo en el olimpismo. La Federación Internacional de Atletismo creó al final de esa década un circuito mundial de carreras que se convirtió en una de sus principales fuentes de ingresos económicos. Además, el Comité Olímpico Internacional aceptó deportistas profesionales a partir de Barcelona 92, bajo la presidencia del español Juan Antonio Samaranch.
- Tomado de la Revista Digital del COC